1. |
Tu tema favorito
05:48
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No pierdas el tiempo conmigo, no pierdas el tiempo / No pierdas el tiempo conmigo, ponte otra vez tu tema favorito
De poco sirven ya las buenas intenciones, las críticas en Facebook o tocar sin pantalones
Repasar discografías, asistir a festivales, si falta lo de siempre, nuevamente
Alguien dijo que actitud, alguien dijo que canciones, quizás fuera la suerte, que no vino a verme
Pero un día me dijiste “tienes algo” y te creí, igual fue ese el error, que te fijaras en mi
No pierdas el tiempo conmigo, no pierdas el tiempo / No pierdas el tiempo conmigo, ponte otra vez tu tema favorito
Entre toda la basura (pienso) hay sitio para esto, algo inclasificable, ¿será envase o será resto?
Yo reclamo mi atención entre frutas y colillas, veo cómo se acrecienta el temor a la ignominia
Porque al fracaso ya lo he superado, a mi cuarenta más de cien he tropezado
Pero a perderte, eso me aterra, mientras escribo tú te das la vuelta
No pierdas el tiempo conmigo, no pierdas el tiempo / No pierdas el tiempo conmigo, ponte otra vez tu tema favorito
Otro día me dijiste “no había nada, te mentí” “seguro fue un error que me fijara en ti”
“mientras escribes, yo no existo, voy a ponerme mi tema favorito”
No pierdas el tiempo conmigo, no pierdas el tiempo / No pierdas el tiempo conmigo, ponte otra vez tu tema favorito
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2. |
La letra pequeña
05:20
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¿Y tú qué opinas de esto?, quise saber casi desde el comienzo / No supe leer entre líneas, ni romper tu camisa antes de tiempo
Antes de que fingieras no tener una respuesta que aclarara lo nuestro
Tan propio y tan ajeno, tan engañoso y sincero / como una niebla que amansa, que cubre todo el suelo, típica de novela de misterio
Desvío de miradas, intenciones ocultas / un caso tan único y primigenio
Voy a firmar por uno o dos años más / te puedo asegurar que, aunque no lo comprenda y me pierda en la letra pequeña, ya da igual
A punto de morder el anzuelo, el humo lo hizo liviano / damas y caballero, hagan juego y que ruede la fortuna, rueda, rueda
Doble o nada, ascenso y caída al mismo infierno, un completo
Voy a firmar por uno o dos años más / te puedo confirmar que aprendí como nadie a caminar en el alambre, conservar el equilibrio y apostar
Con todo…
Encuentro razones de peso para pedir que no se busquen culpables / ya sé que suena a perdón, misericordia o piedad
Pero nada más lejos de la realidad, solo quería saber tu opinión
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3. |
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Te vi llegar con la cara hecha un poema, de tanto llorar, y es que te fuiste a tropezar con la única baldosa que había suelta en la escalera
Te oí gritar como todo niño sabe, con tanta fuerza que hasta los muros tiemblan, y los gatos se piensan que ha vuelto a marca el Athletic, el de Bilbao
Te vi comprar la enésima mierda en aquella tienda, siempre encuentro la manera de hacerte feliz con unas monedas, está bien que me lo agradezcas
Esta será, me dije por lo bajo, la última vez que me cameles así, no lo puedo permitir o se me irá de las manos, como se me iba siempre la noche del sábado
Y qué más da, si te tienes que desahogar, aunque sea lanzando pies y manos sobre mi
Y qué más da, si no te puedo consolar, mi paciencia tiene un límite y tus nervios no permiten que me pueda olvidar de que yo te traje al mundo
Te oigo llamar a tu padre con desesperación, como si fuera yo casi una delincuente, deberías tener presente que es mi bolsillo el que sufre constantemente
Y qué más da…
Y qué más da, si te tienes que desahogar, aunque sea lanzando pies y manos sobre mi
Y qué más da, si no te puedo consolar, mi paciencia tiene un límite y tus nervios no permiten que me pueda olvidar de que yo te traje al mundo
Y qué más da…
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4. |
Intervalos nubosos
05:57
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5. |
Camino a Madrid
07:15
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Le conocí de camino a Madrid en una de esas estaciones abandonadas, donde casi nos quedamos tirados, por hacer el payaso
Apareció de la nada, con sombrero y traje negro, zapatillas blancas como los modernos, él era cualquier cosa menos eso, todo menos eso
Nunca hubiera imaginado que alguien así llegaría hasta allí montado en bicicleta, sin más armamento que su dialéctica
Con el aplomo y la seguridad de alguien que sabe que convence casi sin hablar, le oímos decir “cada oveja a su redil, largo ya de aquí”
Su voz sonó como un tren descarrilando, con la fuerza de un motor de trescientos caballos, como el salmo de un profeta en pleno éxtasis
En el momento preciso en el que el hombre se pronunció oímos algo parecido a un grito, o era el adiós al mundo de los vivos
Largo de ya de aquí
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